A Yolanda Sáenz de
Tejada,
por ser una
maravillosa poeta selenita,
hortelana de versos y
palomas en la piel.
ESE AMANTE
Soy ese amante,
cantautor de arquitectos y utopías,
que esparce sus sones de
miel silvestre
sobre las calles de la
felicidad,
como un trébol de cuatro
corazones
para que siempre camines
pisando versos.
Soy ese amante
que te regala lunas y
mandarinas,
que pesca poesías en las
tardes de vino y alcaparras,
o en el tumulto de las
revoluciones en prosa,
y los trenza en tu cintura
con agujas de lengua.
Soy, inequívocamente,
ese amante coleccionista de
palabras huérfanas,
trovador de tu cuento de mirtos
y hadas,
que todos los días te espera
a la entrada de la boca.
Soy, sin más,
ese amante desnudo como una
noche despejada,
que quiere practicar el amor
de fondo
en tu mar de vaivenes y
ternuras flotantes.
Soy, cómo no serlo,
ese amante que se asoma a
cada poro de tu piel,
a cada pliegue de tu falda,
a cada silencio de tu voz,
que se cura los temores con
el polen de tus caricias,
y que en cada amanecer te
abraza
para comprobar que no eres
un sueño.
Si, soy ese amante a ti
embelesado,
que fija la luz de tus
pupilas en mi cuerpo,
y la riega con saliva y aceituna,
para que amanezcan solo días
con tu sabor,
nada más que tu sabor.
Soy ese amante,
claro que soy ese amante,
que quiere zurcir el
presente
con el hilo de nuestros
primeros besos,
esos que nos dábamoscon los
ojos cerrados
lo recuerdo bien, con los
ojos cerrados,
y que duraban..., quién sabe
lo que duraban,
y entablillarme a ellos por
los siglos de los siglos.
No, no puedo negar que te
amo,
que los días resplandecen
con tuluz,
que la ciudad solo adquiere
sentido porque me besas,
que las rosas crecen en mis
tardes
expresamente porque tú las
riegas,
que el amor engrandece
mialma,
y que en los poemas dibujo
un mundo más amable,
únicamente para que sonrías,
y al mirarlo no derrames
lágrimas
por tanto corazón enfermo.
Soy, y ya siempre seré,
ese amante que en tus labios
encuentra el maná
(que es tanto como encontrar
la vida),
en tus dedos un masaje de
chocolate
(que es igual que saborear
el deleite),
y la magia del sol en tu
lengua
(que es como viajar al
confín del universo).
Sí, yo soy ese amante.
Manuel
Camuñas
...Como no serlo... Me gusta. Cada dia escribes mejor.
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