EL PAN ES EL MEJOR
REMEDIO
Para
remediar el hambre,
nada
como el pan,
sí,
pan, pan, siempre pan,
sencillo,
rotundo, definitivo.
De
ahí que me digo, que te diga, que nos digamos:
resulta
incomprensible,
o
mejor, inaceptable,
que
deseemos la paz y demos el hambre.
Bien
por guerras,
especulaciones,
desigualdad,
esclavitud,
explotación,
(el
capítulo de aberraciones queda abierto)
el
hambre se robustece
arruga
las tripas, la ética,
agrieta
las cúpulas de la dignidad
y
dinamita la supervivencia.
Se
puede consultar a médicos, nutricionistas,
sanadores,
anacoretas;
organizar
jornadas y congresos temáticos;
promover
cenas benéficas,
o
crowdfunding solidarios;
elevar
rogativas;
apelar
a organismos internacionales;
acudir
a prácticas esotéricas,
o
a intrincadas razones de la razón;
y
cualquier otra filantropía.
Pero
por encima de todo
(nunca
lo olvidemos):
para
remediar el hambre,
nada
como el pan,
pan,
pan, pan,
simple
y llanamente pan.
Manuel
Camuñas