No, si yo no pongo en duda
que en tu risa vuelan cisnes anaranjados,
que tus pies descalzos dibujan labios sobre la
arena,
que quiero ser el aire que rodea tu cuerpo,
la lluvia que te baña de plata al caminar.
No, si yo no pongo en duda
el irresistible imán de tu piel,
los sabores azucarados de tu boca,
el vértigo en tu geometría de ángulos,
tu ocuparlo todo,
y todo es todo y me incluyo.
No, si yo no pongo en duda
que a tus ojos se asoman los claveles
dnocturnos,
que en tus manos anidan mariposas de luz,
que tus caricias siembran mi piel de
girasoles,
que en tu pasión arden mi alma y sus edades.
No, si yo no pongo en duda
tu irresistible pecho de nieve y azafrán,
tu cintura ensartándome en sus anillos,
o tus dedos haciendo magia en mi espalda,
y por qué no reconocerlo,
tus noches de deleite en la lengua.
No, si yo no pongo en duda
que el tiempo se remansa en tu desnudez,
que las estrellas pugnan por brillar en tus
pupilas,
o que el desamor busqua consuelo en tu
corazón.
No, si yo no pongo en duda
que tus besos son mundos irrepetibles,
tus lágrimas fuentes para calmar la sed,
versos de chocolate tus suspiros,
y sueños de ambrosía tus abrazos.
No, si yo no pongo en duda...
Manuel Camuñas
No hay comentarios:
Publicar un comentario