domingo, 14 de diciembre de 2014

AUSENCIA


AUSENCIA

 

No estás,

sé que no estás y basta,

no estás y por eso te imagino.

Recostado en el sofá,

el ayer en la retina,

inspiro recuerdos como ásperas volutas de humo,

y me debilito entre pensamientos desordenados.

El reloj de cuco se burla del tiempo,

los deseos huyen por los desagües de la piel,

la distancia derrama vinagre en mi boca,

y el peluche de ojos saltones,

lija mis labios con su risa de arlequín.

La pertinaz soledad aleja los sueños de mi almohada,

me siento lejos de ti,

lejos de mí,

quizá lejos de todo.

Sé que no estás,

no estás y por eso te imagino.

La realidad amarga la saliva,

rompo los cristales de la cárcel del recuerdo,

hace demasiado frío en la umbría de las caricias,

y el horizonte es una insignificante mota de polvo.

Un resplandor de ojos,

un murmullo de labios,

el calor de unas manos invisibles...

Pero no estás,

sé que no estás y basta,

no estás y por eso te imagino.

Cuento las horas,

las cuento segundo a segundo,

hasta desgastarlas,

hasta desgastarme,

y no sé si perdonar que estés tan lejos.

 

Manuel Camuñas

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